Monday, May 11, 2009

De Yolanda Vargas Dulche


Una escritora mexicana que se convirtió en un ícono nacional durante las décadas de los 60s y 70s, fue Yolanda Vargas Dulché. Cuenta la historia que en un esfuerzo por fomentar la lectura y aumentar el índice de alfabetización entre el populacho mexicano, se concibió la idea de historias ilustradas semanales que se vendían en los puestos de periódicos y revistas. Publicados por la Editorial Novaro, y bajo la serie de Lágrimas y Risas, estas revistas de 32 páginas, ilustradas como fotonovelas en color sepia, presentaban un capítulo por semana y eran parte vital de la sociedad mexicana. Aquellos que crecimos en México por esa época recordamos con nostalgia aquellos cuentitos que devorábamos en un abrir y cerrar de ojos y nos dejaban con el suspenso de saber que sucedería en el siguiente fascículo. Muchas de estas historias fueron adaptadas a la telenovela y rostros tan famosos como Fanny Cano, Iran Eory, Silvia Pinal y Ana Martín, encarnaron estos fabulosos personajes nacidos de la fértil imaginación de la Sra. Vargas Dulché.
En mi esfuerzo por ser escritora, me encantaría emular a Yolanda Vargas Dulché. En una escritura sencilla, Yolanda Vargas Dulché era capaz de hacernos reír y llorar al mismo tiempo. Sus novelas son legendarias, como Gabriel y Gabriela, la historia de una pequeña que crece con el abuelo en un puerto pesquero y al llegar a la adolescencia se disfraza de hombre para recorrer los siete mares; es contratada (como hombre) para servir de secretario personal de un rico empresario del cual por supuesto, termina enamorándose, no sin antes pasar por un sinfín de aventuras y situaciones comprometedoras. En ¿Quién?, la protagonista sufre un accidente que la deja con amnesia absoluta y la seguimos de cerca en su búsqueda por encontrar su verdadera identidad. Yesenia cuenta la historia de una joven quien de recién nacida fue entregada por su propio abuelo a un grupo de gitanos. El abuelo, hombre rico y orgulloso, actuó impulsivamente ante la vergüenza de ver a su hija convertida en madre soltera y después pasa el resto de su vida arrepentido por sus actos.
Pero el mejor cuento de todos, el que nunca llegó a la televisión, es el de Memín Pingüin, un negrito que vive en una vecindad con su mamá Eufrosina, quien lava ropa ajena para ganarse la vida. Memín tiene su palomilla de tres amigos, Ernesto, Ricardo y Carlangas y constantemente se meten en problemas y resuelven misterios. Seguí a Memín Pingüín por varios años, y el niño siempre cursaba quinto o sexto grado. Él nunca creció aunque nosotros, sus fieles lectores, nos fuimos a la secundaria, terminamos nuestras carreras, nos casamos y ahora nuestros hijos ya están mas grandes que el negrito famoso de la ciudad de México.
Gracias Sra. Vargas Dulché por haber compartido su imaginación con sus lectores, y sí desde el cielo, le dejaran arrojar un poquito de su talento por el borde de las nubes, avíseme, ¡que espero me toque un poco!
Bertha

No comments: