Monday, May 18, 2009

Blanco y Negro


Hace unas semanas ayudé a mi suegra a ‘escanear’ una serie de fotos familiares antiguas. A blanco y negro dejaban plasmadas imágenes de un mundo ya inexistente. Hay muy pocas fotos de su infancia. La cámara era un artículo de lujo durante la depresión y las familias no podían darse el gusto de tomar fotos en cualquier ocasión. Invitaban al tío que era dueño de la cámara para que viniera y posaban a la intemperie con rostros graves para que la imagen pasara a la posteridad. Cada foto era especial precisamente por las dificultades que había para tomarlas. Hoy en día, en mi casa, tenemos siete cámaras digitales y dos de video. Mi disco duro contiene más de 12,000 fotos que muestran momentos cotidianos de nuestra existencia. Sitios como flickr.com ofrecen fotos por millones de cualquier ocasión, paisaje o lugar por remoto que éste sea. La globalización nos permite ver en un instante las fotos de nuestros parientes residentes en otros países. Por medio de facebook, pude ver el vestido que se puso mi sobrina en el baile de su preparatoria y cuando le salió el primer diente a mi otra sobrinita, inmediatamente vi en facebook la carita regordeta y sonriente con la manchita blanca en la encía inferior.
Las maravillas tecnológicas de hace sesenta años, son el día de hoy cosas tan comunes y corrientes que han dejado de asombrar a nuestros jóvenes. Yo por mi parte, siento aún una gran emoción al ver que contamos con la tecnología que nos permite ver desde nuestros hogares la misión de los astronautas en medio del espacio. Observando esas fotos tan simples a blanco y negro ¿Quién hubiera dicho que íbamos a llegar tan lejos?

1 comment:

blog escritores sat said...

Después de haber leído el comentario, me acordé de los versos que una vez escribí y que perfectamente empalman con los sentimientos que señala el artículo. Aunque ya había recitado el poema un par de veces en nuestras reuniones, lo presento de nuevo para el deleite de todos, con la esperanza de hacerlos sonreír.


REUNION DIGITAL

¡Qué emoción, qué emoción al haberlo logrado,
gracias a la tecnología en su máximo grado
por fin pude reunir a toda mi familia:
¡Culminó mi larga y fatigante vigilia!

El escáner ha librado a mis predecesores
los ha transportado hacia los procesadores
de sus poses perpetuas en álbumes polvorientos
todos ahora juntos y no a los cuatro vientos.

Dichoso soy, salto de la felicidad,
desde las tierras familiares, hasta la ciudad
porque todos mis ancestros residen ahora,
en el disco duro de mi computadora.

André