Tuesday, December 8, 2009

Brevísima reseña de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, México

Para nosotros los que tuvimos el privilegio de participar en la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara, México, del año en curso, el evento fue incomparable. Sin exageración alguna, la FIL es la feria internacional más grande del mundo hispanohablante en la que absolutamente todas las editoriales están presentes con absolutamente todo título imaginable de libro. Para un bibliómano como yo, la FIL representa haber llegado a un nivel semejante al del nirvana a cambio de muy poco sacrificio. Lo difícil es contenerse, abstenerse de gastar desmesuradamente en aquellos tesoros encuadernados que como las sirenas, me tentaban con su canto como a Odiseo durante su periplo a Ítaca.

Mi propósito principal fue el de atender el evento en calidad de traductor y con ello hacer los contactos necesarios para conseguir actividad en ese campo, y creo que hasta cierta medida pude lograrlo. Presentes estuvieron también Magda, Rebeca (Becky) y Florence, las dos últimas en pos de editoriales interesadas y dispuestas a publicar sus respectivas obras. Con el paso del tiempo se determinará si nuestros esfuerzos dieron el fruto deseado. Sobra decir que la FIL es un evento serio, de calidad y renombre mundiales, con una impresionante presencia de autores, editoriales, artistas, impresores y todo lo relacionado con el mundo de la manufactura de libros. Con toda franqueza, debo decir que me sentí muy orgulloso de haber participado con tan insigne grupo de profesionales congregados bajo un mismo techo.

Por otra parte, cabe mencionar la excelente coordinación del evento de parte de las autoridades competentes que desempeñaron una labor extraordinaria, junto con un ejército de edecanes listos a responder cualquier pregunta. Asimismo, nuestros hermanos tapatíos se desvivieron por ayudarnos y asistirnos en cada oportunidad, siempre con una gran sonrisa y con un gran sentido del humor, haciéndonos sentir muy bienvenidos en su hermoso estado.

Lamentablemente, de la famosa y legendaria ciudad de Guadalajara, México, no vimos sino el aeropuerto. Nos va a tocar regresar en calidad de turistas y no de profesionales para poder disfrutarla y tendremos que hacerlo en compañía de amistades nuestras oriundas de esa ciudad que viven aquí en San Antonio, de quienes nos hemos tenido que aguantar regaños cariñosos por no habernos quedado en su casa.

Para concluír, necesito agradecerle a Rebeca Gómez Galindo, quien fue la persona que por primera vez me nombró y me recomendó el evento y la que me dió sugerencias importantes que finalmente para mí, hicieron del evento todo un éxito: ¡muchas gracias, Becky!

André