HAITI de pie
por Gloria Alvarado
Hoy vi el dolor florecer en el horizonte,
tenía llanto dolor y lágrimas,
escuche el sonido del viento gritando,
buscando refugio entre las ruinas del desastre.
Busqué una sonrisa de esperanza y encontré una mueca de dolor,
dibujada, en el grito de la vida.
Me estremeció la realidad del vivir.
Quise dar consuelo, a la desesperanza, y vi un vacío en mi interior y busqué el dolor mas no encontré nada.
Soledad y tristeza me embargaron, y me cubrí el rostro sombrío,
y lloré como nunca lo había hecho, mas cuando todo el cielo se estaba oscureciendo, se escucho un voz, una voz que salía de cada rincón,
y levantaron las manos mis hermanos,
y bendijeron el cielo
y unieron sus dedos con la esperanza
y el cielo lloró de alegría.
Así escuché un canto hermoso que cubría la tierra de paz y vi llorar el amor, y derramarse la miel de la promesa; y todos unidos sin color ni credo, cantaban una canción: “Amémonos los unos a los otros”.
En medio del dolor empecé a sentir el calor de la vida; tuve fuerzas y elevé mis manos al cielo y miré a los ojos del dolor.
Vi la enseñaza del amor, de la unión, de la vida, y los hermanos de la vida, estaban allí.
Juntos en un solo deseo de dar esperanza, en una búsqueda eterna,
desafiándolo todo, en una entrega de amor absoluto.
Wednesday, February 24, 2010
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