El paso tan veloz del tiempo

Hoy, día 2 de Abril del año 2008, mi primogénito cumple 18 años.
Mi esposo y yo nos preguntamos sorprendidos por donde se fue el tiempo, cómo es que todo pasó tan rápido.
Hurgando en mis cuadernos, encontré esta ‘intención’ de poesía que escribí en 1989, cuando ser padres no era sino una conversación lejana. Comparto con ustedes mis cavilaciones de entonces, y mis sentimientos encontrados. Según mi hijo, él ya tiene la madurez para conquistar el mundo. Esperemos que tenga la razón y que hayamos hecho un buen trabajo!

Bertha
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Cómo iré a actuar cuando te tenga cerca,
Y Cómo reaccionar a tus inocentes respuestas
Seré capaz de brindarte en breves años,
Con todos los peldaños para ser feliz, como lo he soñado.

Y qué voy a pensar al ver tu sonrisa,
Y que iré a sentir al estrechar tu diminuta mano.
Tendré la imaginación que es necesaria,
Para hacerte crecer fuerte y capaz,
En un mundo con tanto cambio.

De qué manera podré proteger,
La frágil estructura de tu cuerpo,
Y como alimentar la inmensa sed
Que tendrá por aprender tu alma.

Y cómo podré mostrarte tanta belleza,
Un rayo de sol sobre tu faz,
El canto de un gorrión tras el balcón,
O una canción de amor en mi corazón.

Corren sin respuestas tantas preguntas,
Veloces se deslizan por mi mente.
Ser padre, una bendición,
Que me hace temblar de dicha y de temor.

Y cómo pues lo han hecho tantas veces,
Porqué sería conmigo diferente.
Dentro de mi cuerpo, la semilla del amor
Nos dará la fortaleza para crecer juntos y
Así, descubrir el mundo.
Para explorar la extraña relación eterna
que existe entre una madre y un hijo en esta tierra.
Dallas Texas
Enero, 2, 1989