No estaba muerto, andaba de parranda

Tener un blog no es un derecho, es un privilegio y como tal no puede dejarse pasar por alto. Un privilegio, necesita gozarse, cultivarse y disfrutarse. Así que le doy las gracias a André por venir a limpiar y desempolvar este sitio virtual que estaba tan sucio por las telarañas del olvido.

Me perdí en los libros, y no encontraba la salida al otro mundo. Pero como todas las cosas llegan a su fin, ayer me despedí de mi última amiga, Libertad. La protagonista del último libro que leí, y me encantaría recomendarles: Transportes Gonzáles e Hija de María Amparo Escandón, la autora de Santitos (1999) quien es una escritora populachera con gran ingenio y sentido del humor, que sin tirarle a la literatura clásica llega a transportarnos a ese mundo mágico de la ficción.

Lloré y reí con Libertad, quien encarcelada por un crimen que se niega a revelar a sus compañeras las Reas (Nada que ver con la Real Academia Española) organiza un grupo de lectura como único escape para las palabras que se atoraban en su garganta y se negaban a salir. Narrado desde tres puntos de vista, podemos seguir la mágica historia de Libertad, El presente en la cárcel desde el punto de vista omnipotente del narrador, el pasado narrado por la propia voz de Libertad durante sus sesiones del club de lectura, y pequeñas bitácoras de los traileros comunicándose por medio del radio de banda corta.
Un libro entretenido y fácil de leer que dejará al lector con una sonrisa en los labios y en el corazón.

Ahora que encuentro mi camino por el mundo virtual, y entro a un blog hall limpio, organizado y hasta con cortinitas de flores ondeando al viento (Gracias Andre) me propongo que siga así. Con mucho gusto apago la luz.

Bertha