Que lo disfruten,
Bertha
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ENTREVISTA: ALMUERZO CON... ELENA CASTEDO
"A Pablo Neruda le dije: 'Estoy viva gracias a ti"
por NATALIA JUNQUERA 11/09/2009
El pais.com
Voy a llorar mucho", advierte Elena Castedo mientras ojea la carta de la taberna andaluza que ha escogido para comer. Fue la pasajera más joven del Winnipeg, el barco que arribó a Chile el 3 de septiembre de 1939 con 2.500 republicanos rescatados de campos de concentración franceses por el poeta Pablo Neruda. Han pasado 70 años, pero aún se emociona.
Fue la más joven en el barco con 2.500 republicanos que el poeta envió a Chile
"Cumplí dos años el día que llegamos a Valparaíso. Embarqué siendo la más joven, pero durante la travesía nacieron dos niños. Uno murió. Las condiciones higiénicas no eran muy buenas. A mi madre, que tenía 25 años, se le infectaron los oídos y se le reventaron. Quedó casi sorda. Mi padre había perdido un ojo en la guerra, en el frente de Madrid".
Ella estuvo a punto de no subir con aquellos hombres y mujeres que a Neruda, según escribió en sus memorias, le pareció que "venían de la angustia, de la derrota". "No dejaban subir a nadie con infecciones, y yo tenía tosferina. Mi madre temblaba mientras nos entrevistaban por si no nos dejaban subir. Cada vez que yo tosía, ella ponía mi cabeza contra su falda y un señor que estaba detrás de nosotros en la cola, y se dio cuenta de lo que ocurría, carraspeaba para disimular". Cuando años más tarde, Elena, convertida en la modelo mejor pagada de Chile, se reencontró con el poeta, se presentó diciendo: "Estoy viva gracias a ti".
Está en Madrid porque no ha querido faltar al acto de homenaje organizado ayer por la embajada chilena por el 70º aniversario de la llegada del Winnipeg, y para ver a su madre. Pero hace 70 años que Elena no para en ningún sitio. "Al huir de la guerra perdimos nuestro país, nuestra familia. Ese desarraigo del exiliado es para siempre. En Chile era refugiada española, en EE UU, una inmigrante, y en España, una que hablaba con acento raro. No sé decirle dónde vivo. Soy una nómada".
Con ese sentimiento, el del desarraigo, construyó, ya siendo abuela, su primera novela, El paraíso, que fue finalista de uno de los premios literarios más importantes de EE UU, el National Book Award. "Todos los refugiados vivían mentalmente en España". Elena recuerda cómo sus padres despertaban cada mañana con la esperanza de que aquel fuera el día de la desaparición del hombre que se lo había arrebatado todo. "En cuanto murió Franco, volvieron a España".
Su padre, que empezó trabajando como camionero en Chile, terminó siendo el historiador de referencia del país, Leopoldo Castedo. Elena se licenció en literatura española en la Universidad Católica de Chile y se doctoró en Harvard. Entre tanto, se casó con un hombre posesivo y alcohólico que murió joven y la dejó llena de deudas. Tuvo que reinventarse de nuevo. Vendió productos de limpieza de puerta en puerta, dio clases de baile y durante un tiempo alimentó a sus hijos con lo que le daban o lo que encontraba en cubos de basura. Porque la plaza en aquel barco habilitado para 80 personas y en el que embarcaron 2.500 escogidas por un poeta, había sido sólo un anticipo de la gran aventura de su vida. Siguiendo a su segundo marido, consejero para asuntos económicos en la embajada de Estados Unidos en Saigón, a Elena le tocó huir de su tercera guerra, Vietnam.
Ha estado varias veces a punto, pero no ha derramado una lágrima. En el plato queda media merluza intacta. Lo justo sería decir que el pescado era muy grande y que ella tenía mucho que contar.
ENTREVISTA: ALMUERZO CON... ELENA CASTEDO
"A Pablo Neruda le dije: 'Estoy viva gracias a ti"
por NATALIA JUNQUERA 11/09/2009
El pais.com
Voy a llorar mucho", advierte Elena Castedo mientras ojea la carta de la taberna andaluza que ha escogido para comer. Fue la pasajera más joven del Winnipeg, el barco que arribó a Chile el 3 de septiembre de 1939 con 2.500 republicanos rescatados de campos de concentración franceses por el poeta Pablo Neruda. Han pasado 70 años, pero aún se emociona.
Fue la más joven en el barco con 2.500 republicanos que el poeta envió a Chile
"Cumplí dos años el día que llegamos a Valparaíso. Embarqué siendo la más joven, pero durante la travesía nacieron dos niños. Uno murió. Las condiciones higiénicas no eran muy buenas. A mi madre, que tenía 25 años, se le infectaron los oídos y se le reventaron. Quedó casi sorda. Mi padre había perdido un ojo en la guerra, en el frente de Madrid".
Ella estuvo a punto de no subir con aquellos hombres y mujeres que a Neruda, según escribió en sus memorias, le pareció que "venían de la angustia, de la derrota". "No dejaban subir a nadie con infecciones, y yo tenía tosferina. Mi madre temblaba mientras nos entrevistaban por si no nos dejaban subir. Cada vez que yo tosía, ella ponía mi cabeza contra su falda y un señor que estaba detrás de nosotros en la cola, y se dio cuenta de lo que ocurría, carraspeaba para disimular". Cuando años más tarde, Elena, convertida en la modelo mejor pagada de Chile, se reencontró con el poeta, se presentó diciendo: "Estoy viva gracias a ti".
Está en Madrid porque no ha querido faltar al acto de homenaje organizado ayer por la embajada chilena por el 70º aniversario de la llegada del Winnipeg, y para ver a su madre. Pero hace 70 años que Elena no para en ningún sitio. "Al huir de la guerra perdimos nuestro país, nuestra familia. Ese desarraigo del exiliado es para siempre. En Chile era refugiada española, en EE UU, una inmigrante, y en España, una que hablaba con acento raro. No sé decirle dónde vivo. Soy una nómada".
Con ese sentimiento, el del desarraigo, construyó, ya siendo abuela, su primera novela, El paraíso, que fue finalista de uno de los premios literarios más importantes de EE UU, el National Book Award. "Todos los refugiados vivían mentalmente en España". Elena recuerda cómo sus padres despertaban cada mañana con la esperanza de que aquel fuera el día de la desaparición del hombre que se lo había arrebatado todo. "En cuanto murió Franco, volvieron a España".
Su padre, que empezó trabajando como camionero en Chile, terminó siendo el historiador de referencia del país, Leopoldo Castedo. Elena se licenció en literatura española en la Universidad Católica de Chile y se doctoró en Harvard. Entre tanto, se casó con un hombre posesivo y alcohólico que murió joven y la dejó llena de deudas. Tuvo que reinventarse de nuevo. Vendió productos de limpieza de puerta en puerta, dio clases de baile y durante un tiempo alimentó a sus hijos con lo que le daban o lo que encontraba en cubos de basura. Porque la plaza en aquel barco habilitado para 80 personas y en el que embarcaron 2.500 escogidas por un poeta, había sido sólo un anticipo de la gran aventura de su vida. Siguiendo a su segundo marido, consejero para asuntos económicos en la embajada de Estados Unidos en Saigón, a Elena le tocó huir de su tercera guerra, Vietnam.
Ha estado varias veces a punto, pero no ha derramado una lágrima. En el plato queda media merluza intacta. Lo justo sería decir que el pescado era muy grande y que ella tenía mucho que contar.
4 comments:
Se le pasan a uno las fechas que memorizar y se agradece que haya quienes las traigan a cuento. El breve artículo sobre la niña del Winipeg vale por mil homenajes y revive un tiempo del que ya van quedando pocos testigos. Gracias, Bertha por subir este artículo al blog.
Sobre Neruda la bibliografía es enorme. Para saber de su vida, lo mejor es leer sus memorias, que son una delicia de lectura.
La merluza a medio comer sin duda habría escandalizsado al hombre que le escribió poemas al congrio, agradecido del placer que le daba consumirlo.
Nada dije del insomnio en mi comentario anterior, pero debiera haberlo hecho. Mucho, muchísimo se aprende en noches de insomnio, y no sólo de lo que se pueda leer, sino también del endiablado lío de la propia mente enardecida de no poder soñar.
Gracias Santiago por visitar el blog y dejar tus comentarios.
Me interesaria conversar la proxima vez que nos veamos al respecto de la historia tan rica de tu pais.
Saludos,
Bertha
Bertha, siempre es un gusto encontrarse a charlar. Ojalá tuviera uno más opoprtunidades de hacerlo. Todo país tiene una historia rica, sólo es cuestión de contarla como tal. Ya hablaremos de estas cosas.
Lástima de no ver más actividad en el blog.
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